Río seco


Hambre de agua que pasa

y nos mira

hasta vernos la hondura.

Diván a cielo abierto

bucear en la humedad del recuerdo

sus secretos y los nuestros.

El río desnudo

deja ver la entraña

sin más palabras que sus huesos,

sueña que alguien hará raíz

en este tajo con más de dos bordes.

Puedo escuchar el quiebre de una cicatriz

ternura ausente que nunca se queja

hasta el hueco

parece una ofrenda.

Río desnudo

puedo medir el dolor

que va de una orilla a la otra herida.



Río seco

y un dios que tiene sed.

                                            Ester Brafa


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